Las insólitas decisiones del presidente colmaron la paciencia de la lideresa de Nuevo Perú. Verónika Mendoza anunció públicamente su distanciamiento con Pedro Castillo, tras la polémica restructuración del gabinete ministerial.
El Jefe de Estado nombró como premier a Héctor Valer, quien desfiló previamente por seis diferentes agrupaciones política y cuenta con denuncias por agresión física a su esposa e hija. La salida de Mirtha Vásquez de la PCM motivó la salida de Pedro Francke (Ministerio de Economía) y Anahí Durand (Ministerio de la Mujer), ambas personas de confianza de Verónika Mendoza.
“Lamentablemente, al final, perdimos la batalla. Se impusieron el chantaje neoliberal, la presión del conservadurismo, el oportunismo, la informalidad y los intereses corporativos«, escribió la excandidata presidencial en su cuenta de Facebook.
«Sabíamos que este sería un gobierno en disputa asediado por la derecha golpista pero también por la precariedad institucional, el oportunismo y el sectarismo. Conscientes de tal desafío, asumimos con responsabilidad la esperanza y demanda de cambio de millones de peruanos expresadas con su voto«, posteó la psicóloga y antropóloga cusqueña de 41 años.
«Asumimos también nuestros propios errores y debilidades, pero nos vamos con la convicción de que la batalla merecía ser librada, incluso con riesgos y costos para nuestra organización, porque no hacemos política para nuestro prestigio particular, sino por el cambio y con la gente”, agregó.
“No es la primera vez que se traicionan las expectativas de cambio del pueblo, pero, como siempre, tendremos que persistir, tomar las calles, seguir organizándonos y construyendo desde abajo, desde el lado del corazón una salida democrática y constituyente a la crisis. Hoy más que nunca queda demostrado que no habrá proceso de cambio sin un pueblo consciente, organizado y movilizado”, puntualizó.
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