Coincidiendo con el inicio del Año Escolar 2022 en los colegios, más de 1200 internos del penal de Lurigancho también volvieron a las clases presenciales.
Tras dos años de pandemia en que debieron recluirse en sus respectivas celdas, en donde recibían material autoinstructivo para su educación, los reclusos retornaron esta semana a las aulas de la prisión para retomar los cursos de primaria, secundaria y técnicos.
Sin embargo, la gran sorpresa fue el ingreso y la aparición de «Jovam», un robot que apoya a los maestros en la educación de los presos.
ROBOT HABLA Y BAILA
El robot es un androide con desechos electrónicos reciclables. Su cuerpo es de fibra de maíz, sus ojos parpadean cuando habla, responde a preguntas sobre objetivos de desarrollo sostenible e incluso sabe alemán.
Su inventor es Walter Velásquez, un joven profesor rural que durante el peor momento de la pandemia sorprendió a todos con la creación de «Kipi», la primera robot capaz de hablar quechua y recorrer las remotas comunidades de Colcabamba, en la región central de Huancavelica, a donde llega para dar clases allí en donde no llega la radio ni el internet.