Cuba vive horas de tensión. Muchos ciudadanos salieron a las calles para protestar contra el gobierno bajo los lemas «Tenemos hambre», «Libertad» y «Abajo la dictadura». Y se produjeron choques, sobre todo en la capital, La Habana. Allí, la policía utilizó gases lacrimógenos, disparó sus armas al aire y utilizó tubos de plástico para golpear a los centenares de manifestantes..
Las protestas desbordaron las fronteras del país. En Miami, miles de cubanos y cubanos-estadounidenses salieron a las calles del distrito del Little Habana para apoyar las protestas.
El presidente Miguel Díaz-Canel dijo que defenderá la revolución al «precio que sea necesario». Y dio a sus seguidores «la orden de combate», llamando a que «salgan a las calles donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días». En tanto, el viceministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Peñalver posteó en sus redes sociales: «¡La #RevolucionCubana la defenderemos al precio que sea necesario!», con un video de simpatizantes comunistas marchando al grito de «¡Yo soy Fidel!».
¿Y cuál es la reacción del gobierno de Estados Unidos? De inmediato, cuestionó a las autoridades cubanas contra el uso de la violencia contra «manifestantes pacíficos».
«Estados Unidos apoya la libertad de expresión y reunión en Cuba y condenaría fuertemente cualquier uso de la violencia contra manifestantes pacíficos que están ejerciendo sus derechos universales», señaló en Twitter el asesor de Seguridad Nacional del gobierno de EE.UU, Jake Sullivan.
CUBA SUFRE
Tras una breve reconciliación entre 2014 y 2016, las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos empeoraron desde que Donald Trump endureció el embargo en vigor desde 1962, denunciando violaciones de derechos humanos y apoyo de La Habana al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Y ese bloqueo ha sumido a Cuba en una profunda crisis económica, que se aceleró por la pandemia de la COVID-19.