La demandas por pensión de alimentos se elevaron de forma considerable en la pandemia. A diario, madres jóvenes de 18 a 23 años de edad, llegan a uno de los juzgados de Paz de la Corte Superior de Lima Este para iniciar una demanda por alimentos a los padres de sus hijos.
Esto es lo que ocurre por ejemplo en el 4° Juzgado de Paz Letrado del distrito de San Juan de Lurigancho, donde la jueza Natali Godoy Canales recibe al menos 100 casos por pensión de alimentos.
A causa de la Covid-19, las madres perdieron sus puestos de trabajo por lo que se ven obligadas a exigir la pensión a sus exparejas padre de sus hijos. Algunas mujeres tienen incluso 2 a 3 hijos.
“Por orgullo de mamá, durante un tiempo, prescindieron del dinero del padre de su hijo o hija, pero ahora ya no pueden más. Ellas establecen el monto que esperan recibir, que es de 300 a 400 soles en promedio, pero en el 90% de los casos los papás se oponen, no comprenden que es su responsabilidad y argumentan que tienen otro compromiso”, dijo la magistrada.
80% DE CASOS SE RESUELVEN POR SENTENCIA
De los 100 casos mensuales que recibe la jueza, seis se resuelven por conciliación, es decir cuando la pareja logra ponerse de acuerdo sobre el monto mensual que debe aportar el padre para la crianza de su hijo.
Otros 80 casos, en promedio, se solucionan por sentencia debido a que la pareja no llegó a un consenso; la sentencia se emite aunque no esté presente el demandado.
Lamentablemente la mayoría de padres incumple el acuerdo de la sentencia y el 40% de las madres de familia prefiere llevar su caso a la vía penal por el delito de omisión a la asistencia alimentaria. Es una realidad normalizada, sostiene Godoy Canales, porque los padres no solo incumplen el pacto sino que tampoco se hacen cargo del estado emocional de sus hijos.