El fútbol tiene magia. No solo por la belleza de su juego, sino porque también -en ocasiones- permite ampliar nuestro conocimiento. Y ahora gracias al sorprende Sheriff Tiraspoli todo el mundo dirige sus miradas a Moldavia, un país remoto, casi desconocido…
El equipo del peruano Gustavo Dulanto venció 2-1 a Real Madrid en España por la Champions League, en una de las mayores sorpresas deportivas de los últimos tiempos. Conozcamos un poco de Moldavia:
Es un pequeño país europeo sin litoral, cuya extensión total (33, 851 km²) es un poco más pequeña que la de Piura (35.892 km²). Su población es de 3′ 350 900 habitantes (según el censo de 2017), muchos menos de la que tiene Lima ( 9′ 674 755 habitantes).
Está ubicada en el extremo este de Europa, entre dos de las potencias de la zona, Ucrania y Rumanía. Tiene un clima continental moderado; su proximidad al mar Negro hace que el clima sea levemente frío en el otoño e invierno y relativamente frío en la primavera y el verano.
Se trata de una joven nación que el pasado 27 de agosto cumplió 30 años de su independencia. Tras la disolución de la Unión Soviética, en agosto de 1991, el nuevo país se convirtió en miembro de la Comunidad de Estados Independientes en diciembre de ese mismo año, al igual que la mayoría de los estados postsoviéticos.
Desde 1993, Moldavia empezó a distanciarse de su vecino Rumanía. La constitución, adoptada en 1994, usaba el término «lenguaje Moldavo» en lugar de «Rumano» y cambió el himno nacional a Limba noastră (que signifa ‘nuestra lengua’).
LUCHA DIARIA
El país cuenta con una democracia parlamentaria, con el presidente como jefe de estado y con un primer ministro como jefe de gobierno.
Actualmente, es considerado como uno de los estados con mayores índices de pobreza en Europa: el Banco Mundial calcula que cerca del 41% de su población vive con menos de 5 € al día, la cifra más baja entre las de todos los Estados del continente europeo.
Gran parte de su territorio, que en el pasado formó parte de lo que ahora es Rumanía, está dedicado a la agricultura y la ganadería, aunque su fuerza laboral, calculada en 1,6 millones de personas, no cuenta con los medios suficientes para su supervivencia.
