El fotógrafo del diario le preguntó: «don Arturo, ¿usted cree que algún día volveremos al Mundial?'». Y el zambo siempre decía que sí, le tenía fe a la Selección Peruana, a pesar de tantas derrotas en la década de los ’90.
Luego el fotógrafo le preguntó si podía posar para una foto más pero esta vez echado en su amplia cama en un ángulo totalmente diferente.
El más ilustre de la canción criolla no lo dudó. Se volteó, se sacó la camisa y mostrando un afiche de la Selección peruana que llegó al Mundial de España 82, mostró su entusiasmo frente a la cámara.
Y allí quedó inmortalizado don Arturo «el zambo» Cavero, en una foto inédita que le tomaron en su habitación de su casa de la Avenida Argentina.
Nuestro cantante de los cantantes, la voz que estremecía a la hinchada peruana cada vez que resonaba ese «Contigo Perú», se fue un 9 de octubre como hoy del año 2009.
Don Arturo se fue en olor a multitud. El día de su sepelio multitudinario se cerraron las calles del Centro de Lima. Su féretro cargado en hombres paseó desde Las Nazarenas hasta hasta llegar a la Plaza de Armas.
Le rindieron un homenaje frente a Palacio de Gobierno, en presencia de su amigo, el presidente Alan García. Luego lo llevaron al Congreso de la República, donde con música y cajón congresistas de todas las bancadas lo despidieron.
Se podría decir que su sepelio fue una suerte de jarana memorable. Y no era para menos. El Zambo es parte de la identidad peruana. Un símbolo de la música nuestra.
Aquí un extracto de la entrevista que le hizo el periodista Luis Felipe Gamarra para una revista local.
– don Arturo, usted baila reggaetón?
No, yo no lo entiendo.
¿Le molesta que le digan ‘Zambo’?
No, absolutamente. Esa chapa me la puso el periodista Guido Monteverde. Zambo no tiene nada de malo, es un tipo de mestizo, de indio con negro, mi papá era cholo y mi mamá era morena, de Cañete.
¿A qué edad se enamoró de la música?
A los once años toqué mi primer instrumento. Pertenecí a la banda de mi colegio, pero como no era un buen guitarrista me dediqué más a la percusión.
¿Le molesta que le pregunten por su peso?
No, me vacilan con eso.
¿Cuánto pesa?
130 kilos.
¿Eso lo ha limitado?
En las articulaciones, pero cuando era joven no lo sentía.
¿Cuántas dietas ha hecho en su vida?
Ahora mismo estoy en una.
¿Padece algún problema endocrinológico?
No, me he chequeado y no tengo nada. Quizá es porque no hago mucho ejercicio. De joven comía un poco más. Me gustaba el cau cau, el oyuquito con charqui, una sopa de casa, con fideos, su papa, su choclo, su carnecita; el pescado encebollado, un pescado guisado, una carapulcra. Mi mamá me quería mucho y me engreía con su cocina.
¿Ha comido gato?
Es un animalito bastante sabroso