De Breña a Palacio de Gobierno. Del Congreso al local de algún ministerio. Los reporteros tienen que batallar a diario para buscar información en medio de la informalidad que impera en el gobierno de Pedro Castillo.
De hecho, nunca hay agenda de las actividades diarias del mandatario. Insólito.
¿El jefe de prensa del presidente? No existe. Por eso, el desorden. Por eso, en plena pandemia por la COVID-19, los periodistas deben ‘hacer guardia’ por horas para abordar a los personajes que eventualmente aparecen en escena, para llevar a cabo improvisadas conferencias en plena calle. De día o de noche. Con frío o garúa.
Un ejemplo: cerca de la medianoche del viernes 30, los reporteros de los diferentes medios permanecían en el Gran Teatro Nacional. Así, pudieron captar a Pedro Francke y Aníbal Torres abandonar el local, cuando todo hacía indicar no iban a aceptar los ministerios de Economía y Justicia, respectivamente.
El jefe de prensa del partido Perú Libre, Frank Zegarra, tuvo protagonismo durante la campaña electoral, especialmente en la segunda vuelta. Pero apenas el Jurado Nacional de Elecciones proclamó presidente a Castillo, ya no tuvo contacto con los medios. Y cuando eventualmente responde a las llamadas, su lacónica respuesta es ya conocida: «No sé».
Incluso, Zegarra había creado un grupo de WhatsApp llamado ‘Prensa Pedro Castillo’ para informar sobre las actividades del entonces candidato, pero la última notificación -nada relevante- data del 31 de julio. Cabe señalar que en dicho grupo solo el administrador podía escribir o compartir documentos, es decir nadie podía hacer consultas.
Solo la cuenta @presidenciaperu se mantiene activa reportando las actividades oficiales, aunque ahí no ofrece ninguna ‘pista’ para los reporteros.
En un mundo mediático, la Internet ofrece muchas formas de comunicación y plataformas que permiten la interrelación. Por eso, cada vez es más importante contar con la participación de un profesional, encargado de prensa, para que se ocupe de todos los temas relacionados con la comunicación. No solo en la política, los artistas, deportistas y clubes del mundo cuentan con su departamento de prensa. Pero la gente del gobierno no sabe o no quiere ir de la mano con la modernidad.