Alcalde de Ventanilla insiste en declarar estado de emergencia

Pedro Spadaro  considera que la violencia y la inseguridad  en Ventanilla está incontrolable y se necesita mayor presencia de la Policía Nacional  y de la Fuerzas Armadas.

En solo dos días, Ventanilla se tiñó de sangre por el asesinato de dos personas en plenas avenidas principales. Ante esto el alcalde Pedro Spadaro solicitó públicamente en diversos medios de comunicación que se  declare el estado de emergencia en el populoso distrito chalaco.

Según dijo, en lo que va del año, 8 personas han sido asesinadas por sicarios y se han denunciado 286 robos.

“Del total de efectivos solo 60 participan en labores de patrullaje integrado con el serenazgo. Tenemos instaladas 364 cámaras de videovigilancia que están operativas las 24 horas del día. Hemos realizado más de 2 mil atenciones a los vecinos” dijo mientras realizaba una marcha por la paz.

“Vamos a presentar al presidente de la República, Martín Vizcarra, un memorial con las firmas de todos los representantes civiles del distrito y de sus autoridades pidiendo que se declare el estado de emergencia”, agregó.

Aunque muchos vecinos de Ventanilla hace eco sobre este pedido de estado de emergencia,  Julio Castiglioni, del estudio Castiglioni Chiglino & Abogados en entrevista que ofreció en febrero al diario Gestión, advirtió sobre las serias consecuencias que trae consigo esta medida.

«El estado de emergencia se declara (el Ejecutivo lo declara mediante decreto supremo)  ante cualquier catástrofe nacional para reponer las cosas a su estado anterior», comenta el experto.

Sin embargo esto significa que los gobiernos o municipios locales son exonerados de los procesos de selección para realizar compras. Es decir, si se declara el estado de emergencia en Ventanilla, las autoridades ediles  tendrían  la facultad de adquirir productos o servicios  sin concurso público y sin que nadie fiscalice.

«El problema de los estados de emergencia es que genera corrupción», asegura Castiglioni. Y es que este mecanismo elimina los filtros para gastar el erario público.