Escrito por: Dr. Wilder Fabio Ramos Palacios (*)
La información es poder, sostenía el filósofo inglés Thomas Hobbes en su famosa obra El Leviatán. Hoy, casi 500 años después, el poder de la desinformación genera preocupación debido a las peligrosas implicancias que produce en la sociedad.
En la actualidad, las redes sociales se han convertido en el principal medio en el que se difunden las noticias, debido a la facilidad que estas ofrecen para masificar una información. La facilidad en la creación y la rápida viralización de contenidos generan una vorágine en la que la inmediatez produce un marcado interés por ser el primero en dar a conocer una información. Lamentablemente, esta actitud también trae consigo la poca o nula dedicación a la contrastación y verificación de lo que se difunde.
La infodemia y la consecuente desinformación se expande de manera alarmante a través Facebook, Twitter, Youtube y Whatasapp. Esta sobreabundancia de información no es útil para la sociedad, ya que la alta proliferación de datos incorrectos o directamente falsos genera confusión. Estas noticias falsas no son producidas únicamente por ignorancia, también existen intereses particulares que las promueven. Así, la verdad entendida como la correspondencia entre lo expresado y la realidad ha dado paso al uso de datos según lo conveniente que resulten al argumento que se busca difundir.
Ante la proliferación de fake news, es necesario insertar mecanismos que detecten noticias falsas. Los medios de comunicación y la sociedad civil han reaccionado y han generado espacios que analizan la veracidad y corrección de cualquier información, ya sea una noticia publicada, un discurso político o alguna declaración. Este proceso de verificación es denominado: fact-checking.
El fact-checking desarrolla estrategias que estudian y alertan sobre las nuevas formas de desinformación presentes mayoritariamente en el ciberespacio, porque su objetivo es buscar la veracidad entre tanta mentira y posverdad. El periodismo no puede renunciar a su compromiso con la verdad, por lo que la verificación de las fuentes se constituye como un deber fundamental del periodista.
Las plataformas de fact checking promueven la investigación y la búsqueda de las fuentes de información adecuadas para abordar el tema a tratar. Estas herramientas de verificación deben contribuir al periodismo de calidad, de tal manera que los periodistas no se conviertan simplemente en calificadores de hechos, sino que entreguen contenido de calidad.
En el Perú, existen propuestas que buscan contrarrestar la desinformación. Destacan propuestas que emergen de la sociedad civil, tales como: PerúCheck (https://perucheck.pe), Ojo Público (https://ojo-publico.com/), Convoca (https://convoca.pe/), Salud con lupa (https://saludconlupa.com/), entre otras. Los medios de comunicación también presentan secciones dedicadas a analizar las afirmaciones a fin de contrastarlas con la evidencia.
(*)Docente de la E.P. de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Ciencias de la Comunicación, filial Callao
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