Un día como hoy, hace 77 años, Estados Unidos realizó el primer bombardeo atómico de la historia de la humanidad, en Hiroshima (Japón), convirtiéndose en el único país que ha utilizado armas atómicas sobre una población civil.
Hubo 80 mil muertos en el acto aquel 6 de agosto de 1945. El aire se incendió, muchas de las víctimas se disolvieron y miles sufrieron horribles heridas.
De los noventa mil edificios de Hiroshima, la bomba dejó en pie sólo a veintiocho mil, muchos de ellos dañados porque el estallido, que se escuchó a sesenta kilómetros, rompió vidrios y cristales en dieciséis kilómetros a la redonda.
En medio de la devastación, yacía otro drama: de los doscientos médicos registrados en Hiroshima, habían sobrevivido sólo veinte. Y de las mil setecientas ochenta enfermeras que podrían haber ayudado a las decenas de miles de heridos, sólo habían sobrevivido ciento cincuenta.
Además, era casi imposible velar por los sobrevivientes: médicos y enfermeras no tenían idea de los efectos que provocaba la radiación, ni sabían cómo tratar a las personas que acudían a ellos con espantosas quemaduras, ni conocían la importancia que tenía la calidad y la cantidad de radiación recibida por cada ser humano, ni cuáles serían sus efectos tardíos.
En total, el sesenta y nueve por ciento de los edificios de Hiroshima fue destruido o deñado. Días después, la armada de EE.UU realizó el segundo y último bombardeo atómico, sobre Nagasaki.
El brutal y despiadado ataque apuró la rendición de Japón, puso fin a la Segunda Guerra Mundial y fue el brutal disparo inicial de la Guerra Fría.
Milagro japonés
Japón quedó destruido, pero hoy es potencia mundial: Se realizó la desmilitarización del país. Se cerraron las fábricas de material bélico. Se desmovilizó el ejército. En la nueva constitución se aprobó a la renuncia para siempre a la guerra y violencia como medio de solucionar disputas internacionales. Y todos los japoneses, como hermanos, trabajaron con disciplina.
El milagro económico japonés hace referencia a un período comprendido entre 1960 y 1980. En este periodo, y tras la Segunda Guerra Mundial, Japón presentó tasas de crecimiento económico anuales cercanas al 10%.
Hiroshima urgió hoy a la desnuclearización para evitar que se repitan los horrores del bombardeo atómico sobre esta ciudad japonesa cuando se cumplen los 77 años del devastador ataque, y en un momento marcado por la escalada de tensiones globales.
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