Titulares

    San Martín de Porres, Patrono de la Justicia Social de milagros increíbles

    Al famoso ‘Fray Escoba’ se le atribuyen varios milagros. Las más común entre los niños, y tal como se observa en las estampitas, es que juntaba al ratón, al gato y al perro. Pero hay otras impresionantes, como que solía levitar (elevarse) en sus raptos místicos. Y también inexplicables, como las que aseguran que -estando en Lima- se aparecía en Asia (Filipinas, China y Japón y África (Argelia) para curar enfermos.

    San Martín de Porres Velázquez es uno de los santos más populares y reconocidos de América por ser el primer mulato santo del continente.

    Nació un 9 de diciembre del año 1979, en la ciudad de Lima, por aquel entonces perteneciente al Virreinato del Perú. Hijo natural de un noble español y una panameña de raza negra, Martín fue inscrito en el libro de bautismo como «hijo de padre desconocido».

    VIDA EJEMPLAR

    Martín se formó como auxiliar práctico, médico empírico, barbero y herborista. Y siempre tuvo una fe inmensa en Jesucristo, cuyas enseñanzas trató de poner en práctica. En 1594, a la edad de quince años, entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán bajo la categoría de «donado», es decir, como terciario por ser hijo ilegítimo. Fue admitido como hermano de la orden en 1603. Perseveró en su vocación a pesar de la oposición de su padre, y en 1606 se convirtió en fraile profesando los votos de pobreza, castidad y obediencia.

    De todas virtudes que tenía, sobresalía la generosidad, ya que siempre ponía a los demás por delante de sus propias necesidades. También, se caracterizaba por ser una persona muy simple y sencillo, siempre usó un simple hábito y cuando una vez el Prior lo obligó a recibir uno nuevo, él contestó: “pues con este me han de enterrar”, y así fue.

    Asimismo, se le reputó control sobre la naturaleza, ya que las plantas que sembraba germinaban antes de tiempo y toda clase de animales atendían a sus mandatos. Uno de los episodios más resaltantes de toda su vida es que hacía comer del mismo plato a un perro, un ratón y un gato en completa armonía. Expiró el 3 de noviembre de 1939, tras padecer asma, gota y úlcera.

    Debido a la veneración que la gente le tiene al ‘Santo de la escoba’, por ser representando con este objeto en la mano como símbolo de humildad y sencillez. Fue beatificado el 29 de octubre de 1837 por el papa Gregorio XVI y canonizado en 1962 por Juan XXIII, quien lo nombró «Santo Patrono de la Justicia Social».

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